Aprendi tantas cosas en el trayecto, en la búsqueda constante de vivir, sin embargo no esperaba que algún día tuviera que perder, no reniego ni me rebelo.
sólo espero que tus manos no se olviden de mi.
Aunque quiera expresarlo de la manera que sé hacerlo, poeticamente,
no logro hilvanar el collar de palabras que brotaban en mi mente.
Me acuerdo cuando te ví la primera vez, caminando sin saber cual sería tu rumbo, y así apareciste en mi vida.
Me resisto a llorarte,
a buscar tu rostro en la soledad,
quiero que el sol nos ilumine juntos, que las caricias no se vuelvan recuerdos,
no busco consuelo, quiero ofrecer todo lo que aún me falta por andar.
A tu lado, en tu companía, jamás nos juramos nada, no hace falta prometerse.
Sos la rosa de los vientos,y yo soy el mar,
Ni los verbos o sustantivos son necesarios hoy.
Un abrazo, o el beso de aquella primera noche me es suficiente.
y sí, a ti me encomiendo.
Tú me conoces, más que yo misma.
soy fuerte y trato de parecerme al árbol, aunque el viento despoje la hojas y quiebre las ramas, renace con cada primavera.
No soy mariposa, ni cielo, ni nada que se parezca.
Simplemente humana.
Cuando escribo vuelo tan alto que pienso que allí me quedare,
y no, irremediablemente tomo conciencia, y me doy cuenta que lo único real sos vos, no me negaste ser mariposa, ni cielo, ni mar.
Me diste libertad para pensarme de la manera, en la piensan los locos poetas.
¡T e dije en tantas ocasiones que te amo¡ que al tiempo te otorgo el derecho de no reclamar nada,
Sí de mirar se trata, nos hemos mirado intensamente.
Sólo espero que tus manos no se olviden de mí.