Me negaste la pluma que escribiò mi nombre,
ominoso descuido,
¡te olvidas que existo¡,
no reclamo, ni insisto,
proscripta no estoy,
He tomado una resoluciòn:
reportar a ese señor,
en la secciòn necrologìa.
El poder de las Palabras
Beatriz Salas y Ruth del blogs "A mi manera", gracias por declamar mi poema "Prefiero".
domingo, 20 de marzo de 2011
jueves, 3 de marzo de 2011
Emma
La primera luz del dìa invadìa el dormitorio.
Emma acostada sobre la cama leìa un libro, el Aleph, de Borges.
A medida que la lectura avanzaba.
El eco de una mujer contaba su historia.
¡Serà castigo de Dios¡
¿Còmo pudo saber que aquella noche apretè el gatillo dos veces?.
Sòlo fue un sueño.
¡Necesito despertar¡.
Un hombre encontrò un rìo de sangre sobre una cama vacìa, mientras la primera luz del dìa invadìa el dormitorio.
Emma acostada sobre la cama leìa un libro, el Aleph, de Borges.
A medida que la lectura avanzaba.
El eco de una mujer contaba su historia.
¡Serà castigo de Dios¡
¿Còmo pudo saber que aquella noche apretè el gatillo dos veces?.
Sòlo fue un sueño.
¡Necesito despertar¡.
Un hombre encontrò un rìo de sangre sobre una cama vacìa, mientras la primera luz del dìa invadìa el dormitorio.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)