Se suicidó la memoria,
plagiando los ritmos de un recuerdo lejano.
En las células duermen
registros de un aroma a violetas,
en la boca la hiel de
tus labios.
Se oculta las lágrimas taciturnas en cualquier esquina,
en la espera vacía de
un beso robado.
Inalterable son las
huellas del tiempo,
las horas necias que
se olvidan.
Estigma qué delata la pertenencia.
Enajenar los sentidos para callar la indiferencia.
Mi alma se hundió en algún lugar del mar,
ni siquiera esa gota fría te obligó a regresar.
Fue así como supe que el verano no llegaría a su madurez,
una tarde de enero amarró mis pies.
Indescifrable corazón dispuesto a renunciar.
Pálida memoria,
eterna gaviota sin rumbo surcando los mares….
"..estigma que denuncia la pertenencia..."?
ResponderEliminarNo escribas esas cosas , amiga.
Un abrazo.
Gauchito sòlo es un poema¡¡ Lo tengo claro, yo me pertenezco.
ResponderEliminarbesos amigo
Bellísimo poema, Norma, que convoca a la madre de todos los sentimientos en la melancolía de ese suicidio sin retornos. Un poema que se siente...
ResponderEliminarUn besazo enorme, mi querida amiga :)
Si un poema que se siente , eso es
ResponderEliminarUn abrazo querida amiga
Un poema que obliga a reflexionar.
ResponderEliminarMis abrazos, apreciada Norma.
La memoria se zambulle en el olvido pero en tu poesía pervive, como en toda gran poesía, aquel sentimiento expresado por Garcilaso en la Tercera Égloga, el sonido de la celebración que hará parar las aguas del olvido, porque siempre reprochamos a la helada Galatea. Un abrazo
ResponderEliminarQué maravillosa entelequia querida Norma, me hace acordar cuando llegué de casualidad a tu blog buscando buena poesía y me encontré con que hacía meses habías dejado de escribir ¡sentí tanta pena...! que no dudé en hacertelo saber, por si acaso, algún día, pasaras por tu blog ¡y me respondiste! ¡y estás aquí! y puedo deleitarme con esta joya que nos obsequia tu enorme generosidad.
ResponderEliminarTe envío un fortísimo abrazo querida amiga!!
El Drac:
EliminarMi incondicional amigo, es cierto lo que comentas, estuve un tiempo sin publicar, aunque nunca deje de escribir, el año pasado fué duro para mi familia.
Falleció mi madre, y a los dos meses operarón a mi esposo, le diagnosticarón cáncer.
Gracias a Dios todo salió bien, y las cosas volvierón a fluir, te agradezco que te acuerdes de mí.
te estimo querido amigo
Norma, que belleza de poema. Un placer leerte amiga. Cuidate mucho.
ResponderEliminarMUY BUENO...me quedé sin palabras! Te quuiero mucho!
ResponderEliminarBesotes
Bellas palabras Norma para relatar una desaparición sentimental. Ojala esa eterna gaviota sin rumbo surcando los mares encuentre la paz!
ResponderEliminarBesos!
He sentido tristeza al leer tu poema, Normita. Quiere decir que lograste trasmitir lo que deseabas. ¡Enhorabuena, amiga!
ResponderEliminar"En las células duermen registros de un aroma a violetas,
en la boca la hiel de tus labios."
es una hermosa cascada de imágenes Norma,en donde traspasas al ojo lector emociones y sensaciones tan certeras como la soledad , la esperanza, lo truncado etc etc
ResponderEliminarlas asocié a la película que es de un romance total Los puentes de Madison, en donde un amor maduro fue solo flor de una primavera que se guardó para siempre
un abrazo y feliz semana
POEMA MUY NOSTÁLGICO. SIEMPRE UN PLACER VISITARTE.
ResponderEliminarBESOS
Hermoso poema, Norma.
ResponderEliminarFeliz finde!
a veces la memoria se suicida...y es igual de implacable.
ResponderEliminarla mía voló hacia los puentes de madison impulsada por tus versos.
besos*
Me pregunto, Norma, si este poema, por su título, tiene que ver con la historia de la película "Los puentes de Madison". O acaso sean otros puentes más personales, otra historia... Sea como sea hay una tristeza profunda, pero allí en el fondo... también hay un renacer.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pilar:
EliminarEn cierta forma hay puntos de contacto con la pelìcula, puentes personales, otra historia¡ La escritura nos permite crear y recrear un mundo en èl que todo esta vinculado.
besos y gracias Pilar por el comentario.
Hola Norma,
ResponderEliminarCaray! me has puesto a pensar en las amarras del tiempo.
Espero que ahora te sonría con más condescendencia.
Saludos.
Beatriz:
EliminarLa vida me sonriè, de lo contrario le arrancarìa a la vida una sonrisa¡
besos y gracias por comentar.
Un hermoso poema dedicado al tiempo que nos exprime sin compasión.Gracias por tu visita Rosa, te invito a entrar a mi bloc de mi autoría, sin obligación, por supuesto.Es un placer ternrerte.un abrazo.
ResponderEliminarMe emociona hasta las lágrimas leerte!
ResponderEliminarTe quiero:)
=) HUMO
Humo:
ResponderEliminarGracias Fer¡
yo también te quiero.
Un poema soberbio Norma, siempre un placer,
ResponderEliminarque disfrutes el fin de semana.
un abrazo.
A veces la memoria no se suicida y entonces duele. Ha sido un placer disfrutar tu poema y tu blog.
ResponderEliminarUn saludo.