Una sarta de elucubraciones no dejaba de dar vueltas en mi
cabeza.
No es sorpresa que no siempre recordemos nuestro nombre.
Epíteto que se da a la criatura cuando se
bautiza o el que se le adjudica para identificarla junto a los apellidos.
El olvido es un lapsus, lo dice el psicoanàlisis.
(Sí hubiera elegido).
Probablemente no sería portadora de nombre.
Quería ser un ave para dominar el cielo.
Tampoco portaría mi nombre, si hubiera podido elegir.
ResponderEliminarTodavía quiero ser un ave.
ME ENCANTÓ, Normita.
(a partir de apellidos la letra está del color del fondo, por eso no se ve si no se remarca)
También estoy teniendo problemas con los colores de la plantilla últimamente. Verificá donde dice ¨color seleccionado para el texto¨.
Besos mil
SIL
Sil:
EliminarIntente mil veces seguir tu consejo. Pero no lo logre.
No soy versada en estas cosas.
Espero que se pueda leer de cualquier manera.
Gracias amiga de mi corazón.
Besos mil
sincronía bloggera
ResponderEliminarel nombre ...siempre dando en la diana
besitos
Sincronìa bloggera querida Elisa¡¡
ResponderEliminarGracias por dejar tu comentario.
Besos mil
Hay una época donde nuestro nombre no nos gusta nada, luego lo vamos aceptando e incluso llega a gustarnos. Besos
ResponderEliminarEl mío es completo. Y estoy acostumbrada a él.
ResponderEliminarEl nombre nos lo imponen... después nos acostumbramos a el, va adosado a nuestra persona... pero lo importante es nuestra alma ella dice lo que somos.
ResponderEliminarBesos amiga Norma.
MA.
El blog de MA.
me gusta mi nombre, pero soñé ser ave y decidí volar, cuando comencé a escribir lo logré, vuelo en los cielos de mil lugares con alas de papel y odas al amor...
ResponderEliminarun placer estar aquí Norma. desde Buenos Aires, Argentina, te dejo un abrazo y mi beso..