La palabra crucifica o redime,
esclaviza o libera.
Depende de su intencionalidad.
La palabra agobia o renace en los brotes de los árboles.
En el camino pantanoso,
en la furia de los
vientos.
Yo soy la palabra.
En los gestos y silencios,
en la risa.
La tragedia es no nombrarla.
Necesita identidad,
la palabra soy yo.
Te he buscado en los labios inciertos,
en las quejas mundanas siguiendo las huellas de la
clandestinidad.
No me basta mirar,
no me basta sentir,
no me alcanzan los verbos.
Aunque grite y clame,
sí no te nombro soy
vacío.
Cáscara que envuelve, materia desechable.
La palabra es etérea,
la necesito como el aire.
La palabra nunca es neutra.
Si alguna vez el
exilio me aleja,recuerda mi nombre.