El poder de las Palabras

El poder de las Palabras

Beatriz Salas y Ruth del blogs "A mi manera", gracias por declamar mi poema "Prefiero".

martes, 11 de noviembre de 2014

Escalera invertida:



Hay momentos en la vida que se asemejan a una escalera,
por obvias razones que competen solo a la escalera.
 En el pasado su estructura  fue de  madera.
 El tiempo y las termitas la destruyeron.
 Hoy  sus escalones están corroídos de óxido.                                             
En el futuro su base estará sujeta por planchas de hierros y anclajes.
Cada escalón será un universo.
 Y una baranda para descansar mis huesos,
 me protegerá  de huecos de escaleras o balcones
internos.
Contaré cada peldaño de a dos, ignorando la razón de los unos.
Podré imaginar que estoy en el cielo y en el sexto escalón volver a comenzar.
Ya no importará sí ascender es la meta o el subsuelo es el destino,
cuando corra el tiempo me llevará el ascensor.
Si tienes la oportunidad de caminar, no te arrepentirás de nada.
Si la vida te da a elegir, trata de ser una escalera de caracol con alma:  
La que tiene sus peldaños entregados por un extremo en una zanca espiral que no deja hueco
alguno.

jueves, 17 de julio de 2014

Eternos momentos:




Los días tienen prisa,

los años no pestañean. Se clava la mirada al infinito cuando los momentos son eternos.

¿Quién no ha contado estrellas en la ciudad o en el campo?

La vida es una montaña,

la escalas con esfuerzo y llegas a la cima y de pronto en un segundo estas comenzando a trepar.

Nadas en un abismo insondable y de repente ves la luz.

Se desnuda los hábitos, las costumbres y aquello que no creíste vencer.

De a ratos eres un guerrero o un sabio.

Un humano imperceptible.

Pequeñas sombras invaden tu mente, la magnitud de ellas depende de cómo las vivas.

Aprender es ser leal con uno mismo.

Todo lo que pudo ser y no es, se lo lleva el tiempo, que no sabe esperar ni esperarte.

Todo lo que debía decirse es implacable a la hora de partir.

Las manos que acarician, las palabras no dichas. La mirada ausente.

Están para ser rescatadas, siéntelas como tu oportunidad.

La tierra espera el nacimiento a la vida, pero también la muerte.

Así en silencio te piensa.

El filo de la navaja es peligrosa en manos de quien tiene soberbia.

He visto desmoronarse montículos de tierra arrasadas por el agua.

No permitas que el agua se escape por tus dedos.

Nunca es tarde, mientras la noche avanza…

Los años no pestañean.

Los días tienen prisa.

 

 

viernes, 4 de julio de 2014

La gota de agua:


Ella gesticula cuando habla.

Sus anteojos los monta al final de su nariz.

Observa caer la última gota de agua. Se desprende de la canilla con lentitud.

Tal vez sea el océano concentrado en una gota que irrumpe el silencio.

El silencio se respeta como las señales.

El camino que transita puede ser la última gota que llene su vida.

Ella no desea nada que la distraiga.

Anoche despertó con una gota en el ojo derecho.

Ella ve personas, paisajes, se ve a sí misma.

Prefiere escuchar su voz interior,

observar al mundo desde otra perspectiva que no sea la ficción.

Mañana al despertar beberá la última gota de agua que irrumpió el silencio.

sábado, 31 de mayo de 2014

Soledad Blanca:


La soledad es un intruso que arremete con disparos la conciencia.
Se engendra en el útero,
se cristaliza en el alma.
Aunque el deseo descorra las tinieblas de lo absurdo, me persigno ante la cruz.
¿Quién puede decir con naturalidad, que no ha sentido soledad?
Ella corroe las venas.
La palabra se quiebra ante el intento.
Biografía humana. ¿Más de una vez me preguntaron de qué se trata? Solo sé y es lo que respondo: La identidad se construye a partir de lo que es nombrado.
Y te ignoro soledad, me desafías con garras. ¡Te reto a duelo con la espada y la tinta que mancha mis dedos¡
No te escucho y no es porque quiera tapar mis oídos. Todos podemos decidir y yo decido sentir esa soledad blanca.
Así somos, una combinación química y loca de retazos fruncidos.
Ahora soy libre y no soy pájaro.
Soy viento. Porque la soledad es viento, suelta las amarras de los barcos.
Ese intruso que arremete con disparos la conciencia, entró sigilosamente a la casa descubriendo que en ella no había nada.
Sólo esa soledad blanca.

viernes, 18 de abril de 2014

Relatos cortos



El universo es Dios

Sara preguntaba: ¿Qué es el placer? No lo sé.
Mi padre decía que es el orgasmo de la mujer, mi madre avergonzada contestaba de eso no se habla. Ve a rezar  tus oraciones, descansa en la paz del señor. (Deseaba no despertar).
Siempre fui curiosa de las cosas de la vida. Mi curiosidad tenia precio. (Yo diría castigo).
Cuando despertó en mí la mujer huí de casa, de mis padres, del universo.
Me refugie en la ciudad: Sentí que era un león enjaulado.
La urbe es un monstruo de muchas cabezas, se alimenta de mí.  Yo de vacío y abandono.
Esta es una historia simple, cotidiana como la muerte.
¿No hay palabras para definir el placer? El amor duele tanto…
Amo la noche, su poder de libertad, esa complicidad clandestina llamada Dios.



Metamorfosis

El pez en la pecera me mira fijo.
 Yo me he metamorfoseado.
El agua me asfixia, convirtiendo el oxígeno en pequeños círculos.
Las aletas pectorales no me permiten subir a la superficie.
¡Que alguien tenga piedad del pez!
Miro fijo y la distancia es insondable, estoy  buscando con ojos duros una pecera en el mar.

sábado, 22 de marzo de 2014

Desarraigo:



Huir no significa quemarse en el infierno,
es una manera de evitar el dolor corrosivo.
Navegué por aguas olvidadas y paisajes que solo el tiempo habita.
Desembarqué en tierras desconocidas.
Huí para refugiarme en noches lúgubres dónde diálogo con mi sombra.
Fui extranjero en un país de ensayos, de prólogos.
Alejarme permitió preparar mi siguiente batalla.
No es cobardía.
Como repliegues de costuras milenarias busqué la salvación.
He entablado en mis guerras un código: Ver la luz que nace en el horizonte.
El infierno no es sentencia.
Un manto de piedad es la prenda del hombre que viste aún en sus sombras.
El sol despierta en la lentitud del crepúsculo,
es un modo de enfrentar la realidad.
Caminar sin miedos mirándote al espejo.
El desarraigo es una asfixia lenta y premeditadamente silenciosa si no hay posibilidad.


sábado, 1 de febrero de 2014

Duda existencial:

El hombre vacila,
duda de su existencia.
En ese momento, el moribundo siente que va a morir.
Le queda una fracción de tiempo que puede usar.
No sabe, vacila, está muerto.